Buscando la paz de Cristo
por Elizabeth Soto Albrecht
Unidad 1: El Fruto del Espíritu. Pablo usa la metáfora del fruto para ayudarnos a comprender que nuestras vidas son como la ofrenda de las primicias. Cuando participamos en la crucifixión de Cristo a través del bautismo, ofrecemos nuestras vidas al servicio de Dios. Recibimos los diversos dones del Espíritu Santo y estamos llamados a participar en una vida amorosa que honre a Cristo y en la que los dones y frutos del Espíritu contribuyen a la misión de paz de Jesús.
Unidad 2. La paz, misión del Espíritu. En el libro de los Hechos, la actividad del Espíritu Santo impulsa la visión y la misión de la iglesia. El Espíritu dirige nuestra vida y va delante de nosotros.
Unidad 3. Violencia y pacificación. La palabra de Dios estableció un orden creado que depende de la fecundidad y el cultivo en lugar de la violencia destructiva. Pero la humanidad, a través de sus rivalidades, introduce la violencia en el orden creado por Dios. El plan de Dios para nosotros es restablecer el shalom, una palabra hebrea que significa “bienestar y abundancia compartidos”. Si bien la violencia sigue siendo parte del orden creado, Dios no la aprueba en silencio y nos llama a imitar el amor y el trabajo de Jesús hacia el shalom.