Nuestro viaje con Jesús
por Dorothy Jean Weaver
Es común utilizar el lenguaje del viaje y la peregrinación para describir la vida cristiana. Esta primavera, caminaremos junto a Jesús y sus discípulos en su viaje a Jerusalén y profundizaremos en la fe lo que nos impulsa a seguirle a pesar de la incertidumbre y la duda. Estudiaremos también el tema del sábado, la prefiguración del reposo que Dios promete al final del viaje.
UNIDAD 1: El viaje a la cruz. En Cuaresma, seguiremos el camino de Jesús hacia la cruz en el relato de Mateo, que hace hincapié, a través de su crucifixión, Jesús deja clara su perfecta obediencia a la voluntad de Dios y la naturaleza de su realeza bajo el reinado de Dios.
UNIDAD 2: La duda y la sabiduría. Tratamos la duda y la sabiduría como si pertenecieran a categorías opuestas, pero dudar de nuestro conocimiento y certeza es un signo de sabiduría. Los humanos queremos comprender. Actuar con total confianza en nuestra capacidad de discernimiento es reclamar el poder de Dios como propio. El camino para salir de la duda es el de la confianza en Dios. Se nos invita a imitar a Jesús, a dejar de lado nuestra duda y nuestra competencia con Dios, y a confiar en su amor y sus intenciones.
UNIDAD 3: El sábado. En el Occidente secular, los días sagrados y el sábado han sido sustituidos por las vacaciones y los días libres del trabajo o de la escuela. Descansamos para trabajar y ganar más dinero para poder tomar vacaciones lejos de nuestra comunidad. En la Biblia, el descanso del trabajo tenía un propósito muy diferente. Se trabajaba para preparar el sábado. En el sábado, uno participaba junto con toda la comunidad, el ganado y la tierra en un descanso compartido que significaba el bienestar y la abundancia que Dios derramaba sobre la creación. Nadie estaba obligado a trabajar para hacer posible el tiempo libre de otro. El descanso sabático es un anticipo del descanso que nos espera y que Dios nos dará en la plenitud de los tiempos.